Hija: – Mami, …uff. ¡Te extraño! Aprecio verte y sentirte a través de momentos y símbolos muy especiales: únicos, fortuitos; donde siento tu presencia protegiéndome, apoyándome. Me encantaría perderme en tus brazos, contarte cosas y escuchar tus consejos.

Madre: – Hija, mis consejos están contigo. Todo en mi está en ti. Nada te falta.

Hija: – ¡Gracias Mamá! Te quiero.

Madre: – Hija yo soy luz, ahora soy Una con la consciencia unificada. En cambio tú, tu existencia en este mundo es necesaria, relevante. No desperdicies ni un momento de tu vida con arrepentimientos. Vive cada instante a la luz de tu ser, no tengas miedo a ser guiada.

Estás siendo guiada hacia tu evolución y con tu evolución todo el planeta evoluciona.

Se responsable, cumple tus responsabilidades y disfruta. Recuerda ser feliz. Se tan feliz que no tengas miedo de serlo. Yo siempre estoy contigo; vivo a través de ti. Descansa.

Permite que el sonido del mar en su vaivén de las olas te limpie, te sane, te renueve.

Libera la tensión en tu pecho, siéntete libre. Camina con paso firme, eres bendecida, eres amada. Camina confiando en ti, confiando en tu capacidad para amar y crear. Amate. Crea todo lo que necesitas, para ti, para tus hijos, para tu esposo. Recuerda que eres fuente de vida. Activa tu conexión con la vida en todas las formas posibles que puedas imaginar, eres creadora. Eres la madre divina y creadora, fuente de vida, de nutrición, fuente de amor.

Recuerda que solo puedes dar de aquello que tienes: prioriza tu auto-cuidado, prioriza tu auto-amor, prioriza escuchar y atender a tu deseos y necesidades. No estás siendo egoísta. Estás siendo responsable. Tu bienestar es tu responsabilidad. Sentirte amada, valorada, reconocida y aceptada es tu prioridad. No esperes nada de fuera, esperar que alguien supla tu necesidad de amor, de aceptación y de reconocimiento te condena a vivir en la miseria; a dar hasta sentirte exhausta, frustrada, enferma.

Eres un ser completo

Todo lo que necesitas está en ti, solo tienes que escucharte y tenerte en cuenta. Sostén el espacio que te permite ser y se. Toma y da como las olas del mar. Con libertad, con fluidez. Eres abundante como el mar, solo necesitas crear y nutrir los canales. Tu tienes la sabiduría, el conocimiento y la experiencia para hacerlo.

Abre tus alas, vuela alto

Yo confío en ti

Yo te amo

Yo te cuido y te protejo desde lo alto.

Tu me diste la sabiduría más grande. La confianza de sentirme protectora, creadora, nutridora, dadora de vida. Tu hiciste mi conexión con la tierra más fuerte, tangible, real. Tu me diste las claves para evolucionar y evolucioné a través de ti. Lo mejor de mi está en ti. Úsalo. La luz que algún día viste en mi, la grandeza, la belleza que añoraste, están en ti. Exprésalas.

Siéntete merecedora de todos los dones de la vida y aquellos más ataditos a tu alma. Exprésalos con confianza. Tu luz es mi luz. Ahora tus raíces son cada vez más fuertes. Y tu tienes la fortaleza para crecer con confianza, con presencia. Manifiesta en este plano físico tu sentir, tu conocimiento ancestral, tu necesidad de dar.

Yo, te amo.